Las apariciones de la Virgen María son fenómenos que tienen variadas explicaciones según la perspectiva desde la que se las analice.
Los creyentes consideran que las apariciones son manifestaciones sobrenaturales de la Virgen María y en esa visión, se cree que la Virgen se aparece para transmitir mensajes importantes, ofrecer consuelo o alentar la devoción religiosa.
Algunos psicólogos y expertos en el comportamiento humano sugieren que las apariciones marianas podrían ser el resultado de experiencias subjetivas, como alucinaciones, estados alterados de conciencia o fenómenos psicológicos colectivos, donde la fe y las expectativas de las personas influyen en lo que perciben.
Las apariciones marianas también son interpretadas como expresiones culturales y sociales, y en muchos casos, estas visiones ocurren en momentos de crisis o cambio social, y pueden servir como símbolos de esperanza, unidad o resistencia para las comunidades religiosas.
Por su parte, los escépticos cuestionan la autenticidad de las apariciones marianas y sugieren explicaciones naturales para los eventos reportados, como fraudes, malinterpretaciones de fenómenos naturales o simplemente invenciones.
Es importante destacar que la interpretación de las apariciones marianas se analiza según las creencias y puntos de vista individuales, mientras que para algunos son experiencias espirituales profundamente significativas, para otros pueden ser objeto de escepticismo o análisis crítico.
La Virgen María se apareció al indígena mexicano Juan Diego en el cerro del Tepeyac, cerca de la Ciudad de México, y esta aparición dio origen a la devoción a la Virgen de Guadalupe, que es una de las más populares en América Latina.
La Virgen María, dicen los creyentes, se apareció a una niña campesina llamada Bernadette Soubirous en Lourdes, Francia y durante estas apariciones, se le reveló a Bernadette que ella era «la Inmaculada Concepción» y Lourdes se ha convertido en un importante destino de peregrinación, y su santuario es conocido por sus supuestas curaciones milagrosas.
La Virgen María se apareció a tres niños pastores en Fátima, Portugal, y les entregó mensajes y profecías sobre la oración, la penitencia y la conversión para lograr la paz en el mundo.
Se ha dicho que la Virgen María se aparece regularmente a un grupo de videntes en Medjugorje, y les entrega mensajes sobre la paz, la oración y la conversión y estas apariciones aún son objeto de debate y estudio por parte de la Iglesia Católica.
La historia de la Virgen de Fátima se remonta a 1917, cuando tres niños pastores, Lucía dos Santos y sus primos Francisco y Jacinta Marto, afirmaron haber tenido una serie de visiones de la Virgen María en Fátima, Portugal, visiones que ocurrieron en un período de seis meses, desde mayo hasta octubre de ese año.
La primera aparición tuvo lugar el 13 de mayo de 1917, cuando los niños pastores afirmaron haber visto una «hermosa señora» que emanaba una luz sobrenatural más brillante que el sol. La figura les pidió que regresaran al mismo lugar en los próximos cinco meses, lo que hicieron.
Durante estas apariciones, la Virgen María, según sus testimonios, les dio mensajes, incluyendo la solicitud de oración, penitencia y devoción al Sagrado Corazón de Jesús y al Inmaculado Corazón de María para la paz en el mundo.
Una de las visiones más conocidas y destacadas fue la «danza del sol» el 13 de octubre de 1917, donde miles de personas afirmaron haber presenciado un milagro en el cielo, donde el sol parecía girar y moverse de manera inusual.
Las visiones de Fátima se han convertido en un acontecimiento importante en la historia religiosa y cultural de Portugal y del mundo católico en general y los mensajes y eventos de Fátima han sido objeto de numerosos estudios, investigaciones y debates teológicos a lo largo de los años, y la devoción a la Virgen de Fátima sigue siendo muy fuerte en la actualidad.
Después de las apariciones de la Virgen de Fátima, los niños pastores, Lucía dos Santos y sus primos Francisco y Jacinta Marto experimentaron varios eventos que marcaron sus vidas de manera definitiva y contundente.
Lucía dos Santos se convirtió en monja carmelita y pasó el resto de su vida en clausura en un convento en Coímbra, Portugal, allí escribió varios libros sobre las apariciones y compartió los mensajes que, según afirmaba, les había entregado la Virgen María.
Los primos de Lucía, Francisco y Jacinta Marto, murieron jóvenes poco después de las apariciones. Francisco falleció en 1919 y Jacinta en 1920, como resultado de la pandemia de gripe española que azotó Europa. Fueron canonizados por el Papa Francisco en 2017 en el centenario de las apariciones.
La Iglesia Católica investigó las apariciones y, después de un proceso prolongado, las declaró «dignas de crédito» en 1930 y desde entonces, Fátima se ha convertido en uno de los principales lugares de peregrinación católica en el mundo.
