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Mujeres en el deporte: la evolución del lenguaje mediático

Un estudio sobre el lenguaje empleado en los medios de comunicación franceses en torno a las mujeres y el deporte en los últimos 30 años hoy en La Palestra.

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07/26/2024

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Aunque las mujeres han estado autorizadas a participar en los Juegos Olímpicos desde 1928, no fue hasta las décadas de los 80 y 90 que se observó un aumento significativo. Fotografía Archivo particular.

A medida que se aproxima la competición deportiva mundial más esperada del año, Babbel, la plataforma premium de aprendizaje de idiomas para la vida real, presenta un estudio que analiza cómo ha evolucionado el lenguaje mediático en relación con las mujeres en el deporte durante los últimos 30 años.

Aunque las mujeres han estado autorizadas a participar en los Juegos Olímpicos desde 1928, no fue hasta las décadas de los 80 y 90 que se observó un aumento significativo en su tasa de participación y, en consecuencia, en su visibilidad mediática. 

El equipo de expertos lingüistas de Babbelexaminó de cerca el tratamiento mediático de estas atletas mediante el análisis de una selección de artículos de la prensa generalista francesa desde 1992 hasta la actualidad, destacando una evolución significativa que refleja los cambios en nuestra sociedad contemporánea.

«El lenguaje no es solo un medio de comunicación; también es un reflejo de nuestra percepción del mundo y de quienes lo habitan. La forma en que hablamos de las mujeres en el deporte no solo revela nuestras actitudes hacia ellas, sino también nuestra voluntad colectiva de reconocer y valorar sus contribuciones y logros», explica Sophie Vignoles de Babbel. «Mientras que el vocabulario utilizado en la década de 1990 podía ser relativamente neutro, ha ido evolucionando gradualmente para adaptarse a los cambios en la sociedad. Este cambio refleja la transición de un simple reconocimiento de su presencia a una reflexión más crítica y profunda sobre los desafíos de la igualdad y la inclusión en el deporte.»

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A lo largo del tiempo, y especialmente desde el inicio del milenio, la plataforma ha observado una evolución positiva hacia el uso de terminología más valorativa y respetuosa.Fotografía Archivo particular

Según Babbel, durante las décadas de 1990 y 2000, el lenguaje empleado para describir a las atletas femeninas solía ser frecuentemente infantilizado y connotativo de género. Términos como «fille» (niña) o «descente dames» (descenso de damas) eran comúnmente utilizados, a veces reduciendo la percepción de las deportistas a una imagen menos seria y competitiva. Estas expresiones reflejaban a menudo una visión estereotipada de las mujeres en el deporte, confinándolas a roles asociados tradicionalmente con la feminidad. 

Por ejemplo, las esquiadoras frecuentemente eran descritas como «coureuses» (corredoras) o «misses» (señoritas), términos que podían minimizar sus logros deportivos y reforzar normas de género preestablecidas, relegándolas así a un papel secundario. Mientras tanto, a los hombres se les describía más a menudo como «champions» (campeones), «stars» (estrellas) o «phénomènes médiatiques» (fenómenos mediáticos), en claro contraste con los adjetivos utilizados para las mujeres.»

A lo largo del tiempo, y especialmente desde el inicio del milenio, la plataforma ha observado una evolución positiva hacia el uso de terminología más valorativa y respetuosa. Los medios de comunicación comenzaron a reconocer los logros deportivos de las mujeres utilizando términos como «Championne» (Campeona) o «Femme des Jeux Olympiques» (Mujer de los Juegos Olímpicos), destacando sus actuaciones deportivas de manera más elogiosa. 

Finalmente, desde la década de 2010, las deportistas son reconocidas en su justa medida con el uso más frecuente del término «sportives professionnelles» (atletas profesionales). Esta evolución lingüística refleja una creciente conciencia sobre la importancia de reconocer los logros individuales de las deportistas, independientemente de su género.

Una conciencia colectiva hacia una redefinición más inclusiva y equitativa en el deporte

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Desde la década de 2010, las deportistas son reconocidas en su justa medida. Fotografía Archivo particular.

Según el análisis de Babbel, la evolución de las mentalidades hacia el reconocimiento de las mujeres en el deporte ha allanado el camino para una reflexión social más profunda. Desde la década de 2010, el discurso mediático ha adoptado un enfoque más analítico y crítico, reflejando una conciencia creciente sobre las persistentes desigualdades en el ámbito deportivo. 

El uso de términos como «sous-représentation»(subrepresentación) y «bastion du sexisme»(bastión o baluarte del sexismo) resalta los desafíos a los que se enfrentan las mujeres para acceder a oportunidades iguales en diversos aspectos de sus vidas, incluido el ámbito deportivo. Sin embargo, a pesar de estos avances, las deportistas a menudo siguen siendo reducidas a su identidad de género, como sugieren términos como “section féminine”(sección femenina)  o “carrière sportive des femmes” (carrera deportiva femenina), e incluso formulaciones redundantes como “entraîneuses femmes” (entrenadoras mujeres). 

Esta evolución del lenguaje mediático no solo refleja una conciencia creciente de los problemas de igualdad de género, sino también subraya la importancia de cuestionar las normas sociales y las estructuras institucionales discriminatorias.

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La forma en que hablamos de las mujeres en el deporte no solo revela nuestras actitudes hacia ellas, sino también nuestra voluntad colectiva de reconocer y valorar sus contribuciones y logros. .Fotografía Archivo particular

Desde 2020, se ha observado un cambio de paradigma, con el lenguaje mediático evolucionando hacia una perspectiva más inclusiva y equitativa. Los medios de comunicación ahora abordan también las cuestiones relacionadas con la integración de personas transgénero e intersexuales en el deporte. 

Términos como  «athlètes intersexes» (atletas intersexuales), «athlètes transgenres» (atletas transgénero) e «inclusion et équité» (inclusión y equidad) se utilizan cada vez más, reconociendo la diversidad de identidades de género en el deportive. Esta evolución ilustra una reflexión creciente sobre la necesidad de crear entornos deportivos que sean verdaderamente inclusivos y equitativos para todas las personas, independientemente de su identidad de género. 

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