El actual estallido de guerra entre Irán-Israel, más los fogones ardientes en Gaza y Ucrania, han vuelto a situar en portadas mediáticas el tema de la seguridad mundial, de cara al gasto militar de 2.200 billones de dólares anuales, que representa un aumento, atérrense, del 97 % en lo corrido del siglo XXI, hasta 2022, según último dato suministrado por el Instituto Internacional de Investigaciones para la Paz de Estocolmo -SIPRI-, fuente, sería y del Estado.

Obviamente, los países que más gastan sus ejércitos, en naves, y armas de última generación son, en su orden, Estados Unidos que gasto 877.000 millones de dólares, China, con 292.333 millones, (tres veces menos), y Rusia con 87.700 millones de dólares, (diez veces menos).

Un dato fuera de serie es que el Estado que más ha aumentado su gasto militar es Ucrania, sometido a contener la intervención militar rusa, pues ha tenido que incrementar su presupuesto de guerra en un 640 %, comparado con 2021, y en un 1.661 %, desde 2013.

El esfuerzo económico del Estado eslavo es enorme, llegando a sacrificar un 34 % de su Producto Interno Bruto con ese fin, en 2022.

“Para la guerra, nada”, titula un poema de la cantautora colombiana, Martha Gómez, pero contrario a esa idea, el mundo está demostrando, presupuestal y anímicamente, que «para la guerra, todo»…